Saturday, April 04, 2009


LAS VUELTAS DE ALFONSÍN
“Yo sentí de debía estar como estuve en el 74 con Perón…y eso que no era radical ni peronista, que conocí en la intimidad al colorado Abelardo Ramos, que me agarré a las trompadas con Nadra, que lo mandé a la mierda a Alende…pero esto es otra cosa, con Alfonsín se termina el romanticismo del militante, el discurso de tribuna, el dirigente serio, ahora se vive la época del político mediatizado que sólo mira las encuestas, del puntero zarrapastroso, del piquetero en limosina”. Lo escuchamos a Rosendo Castillo con la voz quebrada y los ojos acuosos. En la mesa de La Rosa Peregrina de Almagro, recuperada por los buenos oficios del “mosquito” Barrientos, ninguno le respondió. Nadie trajo el tema del desastre futbolístico contra Bolivia. Tomi De Ball quien recién está pidiendo permiso para ocupar la silla del senado, se animó a lanzar un centro al área: “La muerte de un hombre moral siempre revive el espíritu dormido de la gente. El golpe de dolor activa la red de valores y enciende las emociones. Alfonsín muere pero nace. La conducta se activa y la conciencia se prepara para no defraudar a la memoria”. Eneas Federici me mira porque quiere disparar el tiro penal. “Ustedes agrandan demasiado a ese tipo. Yo me acuerdo de los australes, del plan primavera, de los depósitos congelados en las fiestas, de los salarios deteriorados, de mi vieja comprando dólares con la jubilación, de los saqueos; con sólo recitar el preámbulo no se solucionaba nada. Sí admito que se jugó con el tema de los desaparecidos, con el canal de Beagle, con los milicos desacatados, pero pactó con el turco y ahí, amigos…la cagó”. El rockero Antonio cambió el aire viciado: “El tipo le dio bola a la cultura, yo me acuerdo que había mucha movida, mucha rosca participativa, mucha onda progresista. René, quién bien puede ser un referente sin compromiso, largó su testimonio: “Ustedes no vivieron a un Mitterrand y con este Sarkozy todo da lo mismo. La política se parece mucho a las putas, mientras hay moneda todas bailan en pelotas, cuando se acaban los billetes son damas de caridad”.
Reconozco que estoy y no estoy en esta mesa. Me impuse venir para dejar de leer un poco a T. S. Eliot. Resulta que todo viene por unas cartas de éste a Emily Hale. Eliot estaba casado pero mantenía un romance con Emily. Claro, también es cierto que el autor dejaba entrever que sentía cierta afinidad con el sexo masculino y, precisamente en esas cartas, aparecían las confesiones. El 1957 Emily decidió reunir toda esa correspondencia y resolvió mantenerla en secreto hasta el 2020, guardadas en la Universidad de Princeton. Mi inquietud viene porque Hemingway estuvo interesado en el material pero después, por su declinación física, todo quedó en la nada ¿Qué tiene que ver esto con Alfonsín? Me quedé ligado a una frase de Eliot de su libro Cristianismo y Cultura: “Lo ocurrido era algo en lo que uno estaba profundamente involucrado y de lo que era responsable”.

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