Sunday, March 08, 2009


NO SOY TAN MALO PARA IR AL INFIERNO
Después de la promocionada difusión en todos los diarios del mundo sobre los documentos guardados en Finca Vigía, la historia de Ernest Hemingway parecía cerrada. Sin embargo, casi paralelamente, Pen State University Press volvió a poner al norteamericano sobre las portadas de los principales medios de prensa. Una nueva serie de cartas íntimas adquiridas por la Biblioteca de la Universidad nos acerca cada vez más al norteamericano. La colección que supera el centenar incluye misivas inéditas, notas, tarjetas postales, telegramas y recordatorios. Lo interesante de este material es que la mayoría está dirigida al grupo familiar. Muchas veces hemos hablado de la mala relación que Ernest mantuvo con sus parientes, sabemos de historias denigrantes y perversas que se tejieron sobre el autor, a nadie escapa que la huída de un joven Hemingway en busca de su propio destino fue una realidad. Todo eso ya lo conocemos, pero estos nuevos (viejos) documentos fechados en Toronto, Milán, Key West, Pamplona, Bimini y Cuba, que cubren 40 años de la vida del autor, son de una importancia fundamental. Las cartas muestran una faceta poco conocida del novelista. Aparece la figura del hijo obediente, del hermano cariñoso y preocupado, del hombre ligado a la espiritualidad, en fin, todo lo contrario al Hemingway despreciativo. La correspondencia estaba en posesión de un hijo de Madelaine, la hermana preferida de “Papa” y este desprendimiento llega después de mucho trabajo de los especialistas que convencieron al sobrino de mostrar el tesoro. Unos se puede encontrar con un “Hem” que agradece a su padre haber llegado al Kansas City Star. A su madre por enviarle el “gran pastel” que todos los reporteros del diario saborearon. Cuando vivió en París le escribió a su padre contándole las especies botánicas que enriquecían el Jardín Botánico.Las tarjetas postales también son de gran valor. Una de ellas, fechada el 9 de junio de 1918 en el Hospital de la Cruz Roja Americana de Milán, termina así: “PS: No te preocupes, Papá. Soy fuerte”. El volumen editado con esta colección será dado a conocer en setiembre de 2009. Hasta hace poco, el registro más importante sobre Ernest Hemingway estaba en la Biblioteca John Fitzgerald Kennedy. Esa obra se había incorporado a la institución gracias al primer intercambio que mantuvieron en 1968, Mary Welsh y Jacqueline Kennedy. Por entonces Mary ya había separado la documentación que pudo rescatar de Finca Vigía.

Nos queda esperar a los investigadores la llegada de la publicación y agradecer a Pen State University este esfuerzo.

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