Monday, June 11, 2007

HABLANDO DE PAPÁ EN CUBA

Esta es mi exposición en la isla.Así voy a decir.

XI COLOQUIO INTERNACIONAL
ERNEST HEMINGWAY
21 AL 24 DE JUNIO DE 2007
FINCA VIGIA - LA HABANA – CUBA


PONENCIA:
HEMINGWAY: EL FAMOSO BIPOLAR
AUTOR:
JOSÉ MARÍA GATTI

Amigos participantes:

Hace 35 años yo era un estudiante de periodismo y en la primera clase de práctica de estilo, un profesor que nunca olvidaré, tomó entre sus manos las 23 crónicas que habíamos escrito y las arrojó sin piedad desde la ventana del aula, al patio interior del establecimiento. Ante la sorpresa de todos sus alumnos, el docente sentenció: “Lo escrito por ustedes no sirve: lean a Hemingway”.
La clase siguiente relató una historia que deseo compartir: dos niños durante el receso del período escolar, resolvieron poner a prueba a su maestro. Después de descartar varias ideas concluyeron que la prueba de la mariposa era la más segura. La misma consistía en encarcelar una mariposa en el puño de la mano y preguntarle al docente si el lepidóptero estaba vivo o muerto. Si el interrogado decía que el insecto estaba vivo, bastaría con apretar la mano y este moriría, si en cambio, el educador aseguraba que estaba muerto, la solución era abrir la mano y liberar a la mariposa. Con tamaña realidad llegaron a clase descartando un seguro triunfo. Cuando el educador tuvo que dar respuesta, miro a los jóvenes y contestó: “La verdad está en sus manos”. Después de un silencio, el notable periodista acotó: “Hemingway es el periodismo, la mariposa la literatura. La verdad está en sus manos”.
Tal vez por todo esto yo hoy esté aquí y Hemingway sea la mejor comunicación. Comunicación que establecemos en esta casa que el escritor contra su voluntad debió abandonar hace 47 años; porque Hemingway quería seguir en Cuba. “Yo vivo en Cuba. No me meto en asuntos políticos. Yo soy un escritor y un escritor necesita de un sitio para escribir. Y éste es mi lugar”, le dijo al embajador norteamericano. Pero nadie lo escuchó. Un año después se quitaba la vida y ese poder político que lo alejó de sus amigos, de sus libros, de sus animales, de sus espacios, trató de presionar vilmente a su mujer para que regresara y, en ésta misma casa, usarla de cómplice para darle muerte a Fidel Castro en el marco de ese torpe operativo llamado “Operación Mangosta”¿La absurda decisión cambió la historia?. Decididamente no. Sin embargo esa determinación fue fundamental para que Hemingway terminara sus días.
Bien es sabido que los índices de suicidio, de encarcelamiento y de problemas emocionales son mucho más altos entre personas de gran inteligencia que entre aquellas de estructura mental media o baja. Hemingway era un depresivo, de eso no cabe duda. Era inteligente, de ello tampoco se sospecha. Ahora bien, un expresión suya nos sirve para mostrarlo sin maquillaje: “Personas inteligentes, y a la vez felices, es la cosa más rara que he visto”.
¿Podemos decir, ya entrando en tema, que el trastorno bipolar fue determinante en la vida y obra de Hemingway?¿Ésta enfermedad maníaco depresiva enriqueció o palideció su trayectoria?¿Importa que Hemingway haya sido un bipolar? Haberle pedido a Ernest Hemingway ser equilibrado, hubiera resultado imposible. No se trataba de una cuestión de voluntad. En rigor, ese malestar dominador era lo que caracterizaba las constantes desviaciones extremas de ánimo.
Es que la literatura, sin temor al error, es un oficio de paciencia, y a Hemingway esa virtud se le fue perdiendo en la medida que su enfermedad lo iba castigando. La tolerancia no tenía cabida en su mundo interior.
El bipolar es un ser que oscila desde el polo de la manía al polo de la depresión. Muchas de las brabuconadas, actitudes exageradas y perturbaciones que a lo largo de su vida lo mostraron a Hemingway como un triunfador, recién a partir de esta alteración bioquímica pueden entenderse. Como también debemos comprender las características de sus personajes, esos seres que no escondían nada, que eran su retrato, que no pasaban inadvertidos.
Su fórmula machista y seductora que hizo desmayar a Ava Gardner, Jane Mason y Marlene Dietrich, unida al vicio sexual de acariciar las nalgas de cualquier mujer sin ningún respeto por otras que estuvieran delante suyo, incluso sus esposas, su persistencia a la práctica amorosa triangular y su afición por las “lolitas”, son un ejemplo claro de una de las tantas manías del escritor.
Ese personaje ligado al riesgo, sin medir las consecuencias, como quedara demostrado con el bautismo de fuego, el 8 de julio de 1918 en Fossalta Di Piave, donde recibiera una descarga de metralla que le produciría 237 heridas y un récord de accidentes -algo más de 35-, la mayoría como consecuencia del abuso del alcohol, era una nítida demostración de su enfermedad. Pero…¿ cómo decirle a Hemingway que estaba enfermo?.60 años atrás, ciertos estados de euforia y depresión se los asociaba a la conducta de seres creativos y quedaba legitimada la “locura” como una extravagancia. Dentro de este perfil el escritor se movía sin dificultad. Por eso se le perdonaba su marcada irritabilidad y agresividad, con la consecuente fama de golpeador confirmada en reiteradas oportunidades. Tampoco escapa su grandiosidad y la permanente demostración de arrogancia con los amigos, colegas y personalidades que pasaron por su vida. Hemingway hizo culto de la amistad, pero a su manera. Con frecuencia, al referirse a sus amigos, decía que la vida sin ellos no merecía ser vivida. Sin embargo, su comportamiento cotidiano lo acercaba más a aquella célebre frase de Bertolt Brecht:”No confío en él, somos amigos”.Lamentablemente los que alguna vez lo acompañaron, tarde o temprano se transformaron en enemigos. Entre ellos podemos contar a Ring Ladner, Francis Scott Fitzgerald, Ford Madox Ford, Gertrude Stein, John Dos Passos. William Faulkner, James Joyce, Sherwood Anderson, Ezra Poud, quienes sintieron desprecio hacia este Hemingway impulsivo y déspota. Hasta tal punto fue el ultraje del norteamericano que solamente reconoció como amigos a los pescadores y a aquellos que no tuvieran relación alguna con las letras. Pero así como Ernest fue un emperador, también tuvo gestos humanitarios y solidarios. Es recordado, cuando en setiembre de 1935, un terrible huracán devasta el Campo Matecumbe en Key West, donde vivían desocupados. Hemingway decide transformarse en voluntario y se alista para ayudar. También cuando acepta publicar una versión de “El viejo y el mar” para la revista Bohemia de La Habana. Recibe en pago 5000 dólares, con los que manda a comprar televisores y ventiladores para el leprosario El Rincón de La Habana.
En cuanto a sus depresiones, nada más explícito que los cambios emocionales rápidos e imprevisibles y sus inapropiados momentos de tristeza, desesperanza y ansiedad. Conviene dentro de este síndrome dar asimismo espacio a sus obsesiones. No menos importante fueron los miedos a quedarse solo, a perder sus armas de fuego, a no poder escribir, a permanecer encerrado.
No se puede obviar finalmente la idea recurrente a la muerte y al suicidio, dos factores que lo acompañarían obsesivamente. Hemingway jugó con su vida y desafió a la muerte. Fue desprolijo con su salud y desordenado con los cuidados elementales.
Ernest vociferó cuanto pudo su deseo de quitarse la vida. A nadie de sus allegados causaría sorpresa el final. Familiarmente la muerte voluntaria no tenía secreto ni misterio. El suicidio había sido el camino elegido por su abuelo, su padre, su hermano, él mismo, su nieta y más recientemente su hijo.
El 2 de julio de 1961,Hemingway se parte la cabeza de un escopetazo. Al momento del trágico desenlace, Mary Welsh, su cuarta esposa, descansaba. Los hijos estaban lejos de Ketchum. Jack en Oregón, pescando. Gregory, en Miami estudiando medicina y Patrick en Afríca. Se reunieron para el sepelio el 5 de julio. No se veían desde 1944.
Con su muerte Ernest Miller Hemingway dejaba instalada la figura del escritor rebelde y contestatario, la del novelista exiliado, la del intelectual antisistema. Perduraría su mística, su estilo no igualado, su mal ejemplo y secretamente sepultada la verdad de su trastorno bipolar.

Exposición: 22 de junio 12.30.Trabajo aprobado por el comité de evaluación integrado por:
Lic Ada Rosa Alfonso / Directora del Museo Hemingway. Prof. Gladis Rodríguez / Presidente del la cátedra Hemingway del Instituto Internacional de Periodismo “José Martí”. Enrique Cirules / Escritor.

1 comment:

Anonymous said...

¡Brillante! Es una verdadera descripción de Hemingway, de su intensa vida y su comportamiento. Algo tan complejo y que con tu capacidad lo has contado en un claro texto.
¡Felicitaciones, un abrazo!